viernes, 15 de abril de 2022

TODOS VINIERON A VERTE VIEJITA

                        (Bennyonisso _ 20220405)

Todos vinieron a despedirte amada abuelita,
te trajeron flores, cánticos y rezos,
silencios, recuerdos y bocados de cielo;
todos acongojados llegaron vestidos de duelo.

Todos vinieron a tu fiesta Viejita,
con historias de lluvias, de siembras y trillas,
y nadie quiere perderse tu compañía, 
antes de que llegues a tu estancia celeste y definitiva. 

Han traído tus manos laboriosas, tus pies trabajados,
tu espalda de constante tesón y empuje, 
tu risa maravillosa y tus palabras que corregían sin bálsamo,
tus brazos que eran protectores y fuertes para alcanzar a todos.

Todos han venido a agradecerte,
a retribuir en parte, los cuidados y el consuelo que diste siempre,
han venido compungidos con un corazón amoroso,
a llenar tu santuario con preciosos ramos coloridos y olorosos.

Viejita hermosa, de cabellera blanca y larga, 
que nos miras callada con tus ojos que hablan;
y que aún sonríes cómplice y sigilosa,
cuando algún bisnieto hace alguna cosita mala.

Y aquí estamos todos hablando de ti,
de la mujer grande y valerosa que fuiste, 
de todas las enseñanzas y lecciones que nos dejaste, 
del coraje y entereza que tuviste siempre para seguir y seguir.

Ejemplos de lucha, de trabajo, de esfuerzo, 
de esperanza en los tiempos malos,
de mucha fe en la enfermedad;
Todos son regalos que de ti recogemos con entusiasmo.

Y aquí estamos Viejita,  con dolor, con mucha tristeza en el alma,
pero aceptamos sin reparos tu trato con el Dueño de la vida,
sabemos que era tu tiempo, tu turno en la partida;
y te fuiste con tanta paz, que eso nos inunda de calma.

Se hace memoria de ti Viejita en tus mejores tiempos,
cuando la madre joven partió a los cielos,
y ahí estuvo tu regazo para un par de niños huérfanos;
ahí estuvo tu ahínco y corazón férreo, como mamita de todos los pequeños.

Estuviste ahí para enseñarnos a todas las que dimos de mamar luego,
y claro que tú sabías  como callar el llanto de un niño hambriento,
si tuviste tantas noches de desvelos, tantos hijos que cargaste y llenaste de tus anhelos;
y ahora tu cosecha que en parte alcanzaste a ver, aún sigue en proceso.

¡Ay Viejita linda! son tantas las vidas para recordarte,
para contar de ti y añorarte por los siglos venideros,
dejaste tanto y confiemos en que tu semilla, dé flores de colores bellos,
y que tus hijos, recojan en su corazón frutos de bondad, eternos.

En este festejo, algo se echó de menos,
tu música faltó para despedirte con acordes y pañuelos,
para la otra, te traeremos a Julio Iglesias y a tu Felipe con su sombrero;
tanto te recordaremos Viejita bella, que cada día parecerá  verte de nuevo...


domingo, 21 de junio de 2020

PADRE

(Bennyonisso_20200621)

Padre,
una palabra grande e inmaculada,
un rostro fuerte y unas manos incansables,
un abrazo mudo pero sentido,
unos pasos firmes que al oírlos dan alivio.

Padre, mi padre, mi viejo
que en esta distancia lo añoro
y quiero abrazarlo porque los años pasan,
porque la enfermedad acecha,
porque sus pasos se volverán lentos,
y su corazón reclamará sosiego.

Padre, mi padre
con el que crecí en silencio pero con música,
con pocas palabras pero con risas,
montada con él en su caballo o con una guitarra,
siempre con él recorriendo la vida.

Padre, mi viejo grande
que sigue labrando la tierra,
sigue madrugando
y no necesita al sol para emprender su marcha,
que no da tregua ni reposo a las horas.

Padre, mi padre,
para el que fui su niña, al que no le podía fallar,
al que admiraba y regocijaba con un amor perfecto,
al que no quería decepcionar ni causarle dolor.

Padre, mi viejo amado.
un hombre esforzado y riguroso, impertérrito,
infranqueable en su pena,
que nunca quiso mostrar la herida de su alma
por la ausencia de mi madre.

Padre, mi padre
de brazos fornidos por el trabajo duro,
implacable, que cuando fue abuelo se volvió de azúcar,
de voz determinante, de ojos tristes y corazón bello,
íntegro y valiente, que aguanta férreo
el devenir del destino en sus manos.

martes, 2 de abril de 2019

SOY SILENCIO


Soy silencio...

(Bennyonisso_20190401)
 

Si me miras tal vez no veas nada,
quizás un rostro parco; 

quizás una tímida sonrisa si ya te conozco,
tal vez unos ojos humildes y temerosos...

No esperes que te hable, 
no creo que lo haga porque en mi cabeza hay 100 palabras que mueren por salir;

pero no salen, no podrán porque no te puedo hablar,
solo te hago un gemido que te dice que no quiero darte miedo.

Y te pido que me quieras y que me tengas paciencia,
que me des tiempo porque yo no puedo ser veloz como tú;

yo te miro en un silencio profundo pero que puede oírse,
sabías que puedes oírme con tu corazón?

No me gusta que me toquen,
pero si por tus abrazos, muero;

y por tu cercanía que me da seguridad,
quiero que me enseñes a abrazarte.

Enséñame a besarte,
para que un beso para mí tenga sentido;

enséñame a demostrar el torrente de ternura que llevo dentro para entregar;
tal vez mis manos te rocen brusco, quizás te haga un arrumaco atolondrado.

Quiero quedarme aferrado a ti como una flor a las ramas, 
pegado a ti como las ramas al tronco;

quiero ser como un duende que te toca sin sentirlo,
como una mariposa que revolotea por tu cara y te hace feliz.

Quiero ser grande un día y que mi silencio diga algo,
y este mutismo no cause temores;

no cause burlas, 
no me causen daño porque los demás no me entiendan.

Soy silencio y un universo de sorpresas que quiero que descubras,
un mundo de ternura si entras en mi mundo;

quiero ser tu rezo, tu tesoro como tú me dices siempre,
tu niño torpe de manos pero con un corazón inmenso.

Enséñame tu mundo para yo entender tus tribulaciones y
tú puedas comprender mis arrebatos;

enséñame a sonreír y a disfrutar como los otros,
que solo me miran extraño.

No me quites mis juguetes, soy tu gatito que se entretiene con algo simple,
una mente que brinca de gusto cuando está todo en el lugar que yo lo dejé;

quiéreme así madre, quiéreme así padre,
quiéranme así  hermanos y comprendan que no tengo algo grave, solo soy autista.

lunes, 17 de septiembre de 2018

SI FUERAS LLUVIA


(Bennyonisso_20180914)

Si fueras lluvia, yo sería el campo de esperanza que recibe tu fuerza,
el campo abierto que con el sol se levanta y florece.

Si fueras luz, te bebería a sorbos para ser reflejo por los caminos del alba;
si fueras calma, te traería a mi guarida para que des tibieza a mis mañanas.

Si fueras lluvia y yo encrucijada,
me tomarías como tormenta en las montañas
y me entregaría en tus brazos para que me apresaras.

Si fueras río, yo sería el torrente que corre y se aloja en tu nido y
sería el rocío que despierte tus pupilas de niño.

Sería el horizonte que veas cuando amanece,
posible y alcanzable,
como poema que fluye, como fuego inminente.

Yo sería el calor de tu refugio y todas las risas que rebasan tu copa,
sería tu alegría y te buscaría para que arrulles mis horas,
y ser en tu regazo la quietud y tu dicha sin zozobras.

Sería la aurora que te baña y te dibuja una sonrisa
cuando veas mis rayos en tu almohada de feliz golondrina.

Si fueras río, llenarías mis rincones y yo sería tu ribera,
y serías el reposar profundo de mi oleaje tormentoso de niña.

Sería tu bahía y entonces tú mi arena,
el sol quemante en nuestra piel y la sal que se me antoja después de la cena.

Si fueras aguacero recio y sin pausa,
serías un divino y poderoso arcoiris en mis entrañas,
al compás de mi algarabía y danza.

Si fueras lluvia, me tomaría todo tu invierno en un café cargado
y te dejaría humeante dentro de mi pecho, intenso,
para siempre como un sueño.

Serías mi café que dure todos los inviernos de los siglos que vienen,
una pócima eterna bajo una lluvia constante  y dulce que no amaine.

Si fueras lluvia, yo sería la tierra vehemente y dispuesta,
para tu ímpetu, para todo tu tiempo y para tu siembra.

Si fueras lluvia, yo sería el cántico celestial bajo tus gotas mágicas,
sería la estela luminosa que va dejando tu sol al regar mis parajes.

Si fueras lluvia y yo quimera,
serías mi prisionero en mi jardín de estrellas,
y te miraría a los ojos y te diría que ya es hora de la cosecha.

Si fueras lluvia, yo sería los septiembres que esperan paciente,
para volvernos viejos y festejemos y  nos embriaguemos
con cada primavera que llegue.


lunes, 2 de enero de 2017

MIRARNOS

(Benny Onisso_20161128)

Y buscamos formas de mirarnos,
tiempo para hallarnos,
contemplarnos como quimeras que deambulan con sigilo por las galaxias,
vernos como cristal fundido en el sol de Júpiter;
colores y  aromas subyugados por la primavera que violenta llega.

Mirarnos y las risas traspasan los límites del alma,
la euforia intrínseca que se va alojando en los rincones,
tu boca que adula, tu caricia que aflora,
tu mirada absorta, lujuriosa, prisionera ya de mi baile,
del oleaje rítmico de las caderas; belleza que enmudece y quema,
y va dejando huellas como vino que febril, embriaga.

Y nos acercamos como náufragos,
dispuestos a salvar la vida con besos guardados;
viajamos por la senda de lo  inverosímil,
en la batalla interminable del descontento,
para luego vernos, encontrarnos y erigir
nuestro emblema de triunfo, con un premio jamás ganado.

Y rendidos como en la guerra, nos entregamos en una acordada tregua,
tus ojos y los míos en uno, yo de tu boca dependiente,
como un verso de la pluma envejecida de Becquer,
tus manos mágicas, dominantes, causando un alboroto genuino,
y la noche observa callada para hacer dormir las estrellas
en nuestros brazos de lino,
como barco que toca la arena, como luz poderosa que cae al mar en fiesta.

Mirarnos y saber que los acordes impregnados,
perfumados brotarán de lo más hondo, y bajarán de la inmensidad
del firmamento embelesados,
fluirán de tus pies firmes, de tu voz tierna que da sosiego a mi alma,
de mi silueta refulgente, que dibujas como aura de las horas bajo la luna y danzamos.

Mirarnos y saber que el tiempo no tiene fin,
que a tu lado un instante es como un siglo de vivirse y proyectar el sonreir,
es abrazarnos y colmar la esencia sin una palabra,
un remanso infinito que se apodera de mis huesos y de tus sueños,
mirarnos es como eso, poseernos con la magia de las pupilas embebidas, cautivas.

Mirarte a ti y verme recostada en tu refugio,
en tus aposentos dulces y suaves como manantial,
como reserva del universo y ver al señor sol de oro vestido para el festín,
mirarme a mí y hallarme impresa en tu retina,
como piedras preciosas cubiertas de embrujo y señales ciertas,
y fundirnos como estela que va quedando por los caminos,
por los prados y páginas del legado que a cada paso escribimos.

Mirarnos juntos en esos atardeceres, observando como el día muere,
muere cansado y le da reposo mi sonrisa y un beso tuyo,
dejamos que caiga el crepúsculo, tenue, como brisa silente,
sentido como una caricia efusiva después de la cena,
como abrazo rejuvenecedor en el balcón de la espera,
donde me haces sentir tu presencia, como un dios en las alturas eternas.

Esperar plácidos que la luz se vaya lenta, con tus pasos y mis anhelos viajando,
como gotas rojas e intensas, poderosas como pólvora para un disparo,
y estamos frente a frente como soldados dispuestos,
como ingenieros que conjugan sus ideas,
mirarnos y saber que no hay más tristeza,
que la alegría fortuita por fin nos completa.

Mirarnos como vasallos de tu candor y de mi luna llena,
como hoguera que preparan los cazadores después de la faena,
como carrera que comienzan los peregrinos en busca de asilo,
mirarnos y encontrarnos como lámparas que nos recogen
y nos traen a la inalcanzable vida soñada;
surcar montañas y reírnos como enloquecidos hasta la mañana.

domingo, 13 de septiembre de 2015

FUIMOS BREVES


FUIMOS BREVES

(BennyOnisso_20150905)

Fuimos breves, breves en un suspiro,
en un atisbo de locura que llenó el vaso,
fuimos breve como el vuelo de golondrina
que pasa fugaz por los ojos del mundo furtivo.

Fuimos un segundo
entre la razón y el desquicio,
un disparo a quemaropa,
que me dejó sin manos, que me dejó sin juicio,
poseyendo el infortunio de esta prosa.

Fugaces, breves, intensos,
una hoguera de amor repleta,
un hechizo y un encanto envueltos de deseo,
fuimos un bosquejo,
difuminado allá en la niebla,
en la distancia y en el destierro de la espera.

Fuimos boceto de unos días venideros,
de un mar embrabecido
y también de un lejano desierto,
fuimos breve en la letra,
en la pauta, en los versos, en la tregua.

Finalmente fuimos nada
pues el universo y la luna llena,
aparece en mi ventana,
y tú no estás conmigo en ella.

Fuimos nada, una ola brava y prodigiosa,
llena de suspiros y dueña de una playa ajena,
sólo tus ojos bellos que me hablaban desde tu estancia,
y yo desde mi nostalgia queriéndote cerca.

Fuimos breve en la voz,
que ahora se pierde en la lejanía,
y en esta madrugada fría,
en que no estás a mi lado dándome calor,
porque sólo fuimos del amor, una premisa.

No fuimos piel ni fuimos danza,
fuimos miel y añoranza,
fuimos música, algarabía, fuimos un ancla;
fuimos tu voz y mi voz
en un océano de palabras.

Fuimos un adiós en silencio y sin mancha,
una canción al amanecer que quedó silenciada,
un verso y un bosquejo de un amor sin alas,
un destello en unas tardes de miradas vagas.

Fuimos marcha y calma,
fuimos prisa de un acorde que rebasó mi alma,
fuimos eso en unos segundos antes de la batalla
entre tú y yo librada, en que quedamos con nada.

Fuimos breves apesar de tu voz,
que me habló mil horas,
apesar de la compasión que inundó a mi corazón
y dejó que rompieras mi aurora.

Fuimos destiempo, fuimos abandono,
y yo sentí mis manos cansadas
de acariciar tu ausencia sin rostro;
fuimos mi locura de perseguir tu trémula existencia,
y tú, esa triste canción que suena y suena.

Fuimos una  historia contada al medio día,
unas madrugadas  de pasión encendida
de abril y de agosto;
fuimos el amanecer de las horas en  un sorbo,
de momentos gráciles y de mis huesos devotos,

Fuimos tu boca florecida que me inundó de embrujos allá en la huerta;
fuimos todo lo posible y todo lo alcanzable antes de que partieras,
antes de que yo supiera,
que no eran para mí tus ojos,
ni podría yo seguir recibiendo tus besos sosos.

Fuimos breves, una alegoría y un adiós sin señuelo,
tu devoción y mis desvelos envueltos en violines y guitarras sin consuelo,
y tus manos de compasión para mi desolada huella;
fuimos el eco de tu nombre y el mío sembrados en la tierra,
mi beso y tus ojos tiernos en mi ventana a fines de enero.

Fuimos festejo y derroche en mi mesa, a la hora de la cena,
una tersa melodía en los oídos y en las venas,
un delicioso vino servido y en reposo, para una inusitada fiesta;
luciérnagas eternas,  brillando en la noche como quimeras...

viernes, 10 de abril de 2015

PEREGRINO AMOR

(BennyOnisso_20150331)

Y surgió de repente...
como un embrujo en una noche estrellada,
y de pronto estuve absorta entre sus brazos,
hipnotizada por sus divinas luces que me embriagaron.

Y ahora le pienso en esta espera de silencios tortuosos,
buscando su cara entre la gente,
y cuando dejo de  pensarle,
me siento desprovista de su miel,
huérfana de su suspiro latente.

Está dentro de mí, en un soñar despierto,
deliro, escribo y le describo,
como un sol radiante de lo más profundo del universo,
como una alabanza en mis labios peregrinos.

Sus bellos ojos quedaron en mi retina,
y ahora en mi ventana le busco como estrella fugaz,
que vino a mi noche, sagaz  y perfecto,
que con sus brazos de luna, me dejó cautiva.

Y sigo aquí esperándole como su Dulcinea,
a mi loco amor de aventuras,
que ni un sorbo de su encanto me ha dado,
y  ni una mano tierna ha puesto en mi locura.

Le siento y le presiento cerca
en la penumbra, resultando de un mágico hechizo, 
y llega sigiloso y sediento,
como un ladrón  sin previo aviso.

Le adivino robándome toda mi dulzura
que guardan mis labios de espera,
lo percibo enajenado,
amándome sin tregua.

Le imagino en mis entrañas robando mi cansancio,
le sueño sutil como el rocío al amanecer,
y lo dejo entrar otra vez en mi camino,
a causar disturbios en mi pobre corazón peregrino.

En la arena están sus pisadas de olvido,
pero yo vuelvo a ese mar de gaviota errante...
a escribir su nombre y el mío:
la brisa se encarga de unirnos,
y la tierra de separar  nuestros gemidos.




TODOS VINIERON A VERTE VIEJITA

                        (Bennyonisso _ 20220405) Todos vinieron a despedirte amada abuelita, te trajeron flores, cánticos y rezos, silencios...